miércoles, 3 de agosto de 2011

Las mujeres y los lobos.

 “Mujeres que corren con los lobos”
Del libro de la dra:
Clarisa Pínkola Estés.


Dicen que las mujeres y los lobos nos parecemos, creo fervientemente que si, las pruebas están al canto.

Ambas especies somos capaces de proteger a nuestra cría hasta con la propia vida, somos sociables, nos gusta vivir en comunidad, también disfrutamos de la soledad. 

Solemos tener una infundada mala fama; nada de lo que dicen de nosotros es verdad.

Los lobos no matan por placer, no son asesinos, solo lo hacen si están enfermos, como todos los cánidos se enferman cuando tienen rabia o moquillo, la enfermedad los puede convertir en violentos; salvo eso, solo lo hacen cuando tienen hambre, para procurarse alimento nada más.

Los lobos, los osos y las mujeres ante la eventualidad que puede ser una gran hambruna o la sequía, ante la adversidad, tienen un metabolismo por el cual se adaptan a las circunstancias y funcionan igual hasta en los climas más agrestes.

En las grandes extensiones de tierra, en las grandes llanuras del mundo habita "La vieja", también llamada "La huesera" o simplemente "La que sabe".

"La huesera", porque su actividad fundamental es salir las noches de luna llena como nos gusta a nosotros los lobos... perdón quise decir... a las mujeres.

"La vieja" va por el campo juntando huesos de esqueletos desmembrados de lobos a los que mató la enfermedad o fueron atacados.

Cuando logra reunir los huesos de un esqueleto completo, lo arma en el suelo y le empieza a cantar.

Canta primero muy bajito y muy lento y luego con más fuerza y más ritmo y a medida que va cantando el esqueleto se va cubriendo de carne, músculos y tendones.

Le aparece la piel y los órganos internos y a medida que "La que sabe" cada vez canta más fuerte, sobre la piel le aparece un tupido y suave bello que se va convirtiendo en pelo.

A través del sonido del canto se empieza a sentir otro sonido, es el sonido de un corazón que acompasa el ritmo de una respiración nueva.

El esqueleto completo del lobo cobra vida y en un momento se levanta del suelo y empieza a correr.

Entonces en una noche de luna llena, en medio de una gran llanura se puede divisar la figura de un joven lobo y a medida que corre hacia el horizonte se transforma en una bella, fuerte y sana mujer desnuda.

Es por eso que creo fervientemente que cuando se está desmembrado por la adversidad o la soledad es muy importante empezar a cantar, a cantarse a sí mismo y bien nombrarse.

Hay gente que se culpa a sí misma, dice de sí: "Soy un o una infeliz, no sirvo para nada" o cosas parecidas denostándose.

Uno es lo que se cree de sí mismo, por eso es importante siempre bien nombrarse cantándose a uno mismo.

Y lo podemos hacer porque dentro de cada uno, de cada ser humano está "La huesera", "La que sabe", es esa voz interna que más que voz parece una sensación, una fuerte percepción interna que muchas veces desestimamos por que no la reconocemos como parte de la razón, de lo racional.

Esa es la voz a la que prestar atención, es la que sabe qué es lo adecuado.

Lo real, lo genuino y valedero es tener ganas, ganas de vida, de pasión, de lunas y días y seguir corriendo con la ilusión de alcanzar el horizonte.
 
Y así... queda absolutamente demostrado que las mujeres y los lobos nos parecemos, al menos es así cómo a mi me parece, es así cómo lo siento, es así cómo me siento.

* Los lobos suelen vivir en manadas, dónde hay machos y hembras, jóvenes, adultos y viejos, y constituyen verdaderas sociedades, dónde existen distintas jerarquías; en lo personal, si bien yo también soy gregaria, creo que en algunos momentos  no hay nada más interesante, energizante y vivificante que estar a solas una noche clara aullándole a la  luna.